Realizar una composta casera es de las formas más sencillas en las que puedes reducir los residuos orgánicos que a diario generas en casa, y a su vez, aprovecharlos para cuidar de nuestras plantas y el mismo suelo, ya que, con ello, le damos a la tierra más nutrientes, mejoramos la retención del agua y su estructura.
Para hacerla necesitas dos contenedores, uno de ellos deberá ser de un material que puedas perforar en su base; tierra de jardín y residuos orgánicos como cáscaras de frutas y verduras, semillas, hojas secas, cáscaras de huevo y follaje.
Una vez que hayas perforado un contenedor, colocarás una capa de tierra enseguida de una capa de residuos y así sucesivamente; mientras que el otro contenedor lo colocarás debajo para recibir el exceso de líquidos.
Después de una semana puedes mezclar los residuos con la tierra y dejarlos reposar durante tres meses, o hasta que identifiques que el olor y textura es como el de la tierra y el color es marrón uniforme.
De esta manera, reducimos la cantidad de residuos que son llevados a los basureros municipales, disminuimos la generación de gas metano y fomentamos la práctica de la separación de la basura.