La Asamblea Mundial de la Salud del año pasado en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra. Los países se apresuran a ultimar un tratado para el lunes, cuando comienza la asamblea.Credit…Denis Balibouse/Reuters
Los países de todo el mundo no han logrado alcanzar un consenso sobre los términos de un tratado que unifique al mundo en una estrategia contra la inevitable próxima pandemia, superando el ethos nacionalista que surgió durante Covid-19.
Las deliberaciones, que estaban previstas como punto central de la reunión de una semana de la Asamblea Mundial de la Salud que comienza el lunes en Ginebra, pretendían corregir las desigualdades en el acceso a las vacunas y los tratamientos entre las naciones más ricas y las más pobres que se hicieron patentes durante la pandemia de Covid.
Aunque gran parte de la urgencia en torno al Covid se ha desvanecido desde que se iniciaron las negociaciones del tratado hace dos años, los expertos en salud pública siguen siendo muy conscientes del potencial pandémico de los patógenos emergentes, de amenazas conocidas como la gripe aviar y la viruela, y de enfermedades antaño vencidas como la viruela.
“Los que nos dedicamos a la salud pública somos conscientes de que otra pandemia podría estar a la vuelta de la esquina”, afirmó Loyce Pace, subsecretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos, que supervisa las negociaciones en su calidad de enlace de Estados Unidos con la Organización Mundial de la Salud.
Los negociadores esperaban adoptar el tratado la semana próxima. Sin embargo, las reuniones canceladas y los agitados debates, a veces sobre una sola palabra, han paralizado el acuerdo sobre secciones clave, como el acceso equitativo a las vacunas.
El órgano negociador tiene previsto pedir más tiempo para proseguir los debates.
“Sigo siendo optimista”, dijo el Dr. Jean Kaseya, director general de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades. “Creo que el continente quiere este acuerdo. Creo que el mundo quiere este acuerdo”.
Una vez adoptado, el tratado establecería políticas jurídicamente vinculantes para los países miembros de la O.M.S., incluido Estados Unidos, sobre vigilancia de patógenos, intercambio rápido de datos sobre brotes y fabricación local y cadenas de suministro de vacunas y tratamientos, entre otras cosas.
Contrariamente a la retórica de algunos políticos de Estados Unidos y Gran Bretaña, no permitiría a la O.M.S. dictar políticas nacionales sobre el enmascaramiento, ni utilizar tropas armadas para imponer cierres patronales y mandatos de vacunación.